La poesía lírica




Dentro de los textos literarios encontramos el poema que se distingue por alcanzar un alto vuelo de subjetividad sugerencia y connotación. Generalmente escrito en verso puede encontrárselo también  en prosa, caso en que hablamos de "prosa poética".

En los poemas líricos se exalta el "yo", aludiendo a sensaciones, emociones y sentimientos por lo que podemos decir que:
La poesía lírica es un poema pero que no todos los poemas son líricos.
Hay, por lo tanto poemas en cuya trama se entremezcla lo narrativo o descriptivo, subordinado a la intención de crear belleza y seducir por ello al lector.
"Como el poema es un texto formulado en verso, además de sugerencia, innovación y originalidad del lenguaje tiene como rasgo principal y propio  la explotación de los recursos de la lengua que sirven para crear ritmo: acentuación, número de sílabas, repetición de sonidos" -dice Mirta Marín.

En cuanto a la función de la poesía lírica, la misma autora argumenta que "es literaria, ya que el emisor- narrador, aludiendo a lo íntimo, subjetivo, se eleva creando un objeto, "un mundo otro",  de gran belleza".
Es decir la poesía lírica apunta a lo emotivo y lo trasciende.

Se dice que en la poesía lírica se da predominio al  pathos-características emocionales-  sobre el ethos-  características objetivadoras de la realidad. En la poesía lírica se enaltece la imaginación sobre la razón, se enaltece el yo y la sensibilidad individual. Predomina el uso del pronombre “yo” expreso o tácito y se alcanza honda emotividad.
También podemos distinguir este tipo de poesía porque se anima el paisaje con atributos subjetivos ya que se entiende lo exterior como una expansión del propio yo.

Tal vez el lector recuerde que este tipo textual estuvo  en las primeras  páginas  de aplicación del método Seppi de comprensión lectora por la creación de ideografismos.

En esa ocasión analizamos la poesía  EL ARPA DE  Bécquer y, mediante la visualización de su contenido pudimos- docente y alumnos- vencer la resistencia  que ofrece la  sutileza y el  vuelo  que alcanza  la abstracción a  una  cabal interpretación y por ello, llegar a la plena  degustación y valoración de tan bella rima.
Si volvemos la atención a las primeras páginas observaremos que entre la propuestas de representación algunos sugirieron la que sigue:


Que fue correctamente explicada por quienes la sostenían:

El narrador (N), omnisciente, observa el mundo exterior, un salón donde hay un arpa olvidada y muda; a partir de ella se dirige a lo interno donde está el genio (G) también  dormido y esperando que alguien o algo lo despierte y avive.

           
Pues bien: La lectura e interpretación de otras composiciones nos ha llevado a reafirmar que la estructura de la poesía lírica sigue el movimiento que sugiere la representación que volvemos a presentar:




Desde la observación de elementos que se encuentran en el mundo objetivo y visualizable el narrador se desplaza a lo subjetivo donde se encuentran elementos que son el término de una simbolización.

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