Un mismo tema, en este caso un pozo,
puede dar lugar a una descripción de carácter poético o literaria. Vemos el
ejemplo:
En el texto que sigue y su
visualización se ve, claramente, la
participación del “yo lírico” del narrador
y la intención o función poética.
Una bella composición que cada uno puede
visualizar de diferente manera.
Elegimos la siguiente
representación que propuso un alumno de segundo año del CBU, Agustina, quien
pasó a explicar cada aspecto de los ideografismos creados para terminar
escribiendo en su carpeta:
Comentario:
“El autor- N- y el personaje ( P ), observan
un pozo.
Primero el autor se detiene en el hondo significado de la palabra a la que
imagina taladrando el pozo mismo.
En segundo lugar su atención se detiene en el brocal.
Sigue su observación en un orden descendente. Ahora observa una flor.
Más abajo el nido
Siguiendo el orden de su mirada llega hasta el agua.
En ella su imaginación se suelta: el pozo se lleva su alma, mientras el
cielo se incorpora junto a la extensión de los caminos.
Todas las dimensiones están presentes: altitud, profundidad, extensión.
Por último habla de su éxtasis poético justificando su percepción de la
realidad de la presencia de las estrellas en el fondo del pozo.
La actitud de Platero es la propia del animal: rebuzna, tiene sed y apuros.
La golondrina , que nada entiende, sale volando”
La explicación de Agustina desarrolla el argumento.
Al hablar de apartados, secuencias o
microestructuras:
Surge la necesidad de hacer varios cuadros.
Si bien la descripción capta un cuadro
único- en este caso- Juan Ramón Jiménez utiliza distintas secuencias para
desenvolverla, por lo que Florencia (con quien están de acuerdo muchos
compañeros) sugiere una sucesión de
cuadros, así:
En el 1 – explica esta alumna- que se
extiende hasta la palabra “agua”, el autor, que aparece frente al pozo como
testigo, se detiene en el significado de
la palabra, cuya profundidad parece llegar hasta el agua, en forma de taladro
que cava su profundidad.
En el segundo, 2, describe lo que
encuentra en las paredes del pozo desde arriba hacia abajo, hasta llegar a
la expresión: “el nido”. Predomina
la presencia de elementos. ( O ).
En el 3, Juan Ramón parece sumergirse en
la profundidad de las aguas
Allí, su alma lírica une todas las
dimensiones, que representamos con tres líneas. Las estrellas reflejadas en el
espejo de las aguas lo llevan al colmo de su exaltación: “si algún día me echo a este pozo...”
En el último momento, 4, los
elementos de la realidad lo vuelven a ella. Platero con sus actitudes
que, obedeciendo a lo instintivo, marca
una notable oposición al vuelo poético
del narrador.
El tema
Tal vez podamos aceptar la sugerencia de
Leo Viano, que propone:
“En
esta descripción de un elemento aparentemente estático pero bullente de vida,
un pozo, el poeta estructura una ordenada observación, en tanto va soltándose su espíritu poético que desnuda la esencia de
este profundo significado,” pozo”.
Los recursos expresivos
Las manos levantadas de los alumnos
intentan rescatar las bellas figuras de expresión que hicieron de Juan Ramón
Jiménez un Premio Nobel.
(Seguramente, cuando Ud., amigo docente,
lleve al aula esta bellísima descripción experimentará la alegría de ver a sus
alumnos tan entusiasmados en bucear las riquezas de este breve texto).
Así:
La adjetivación : honda, verdinegra, fresca, sonora.
La anáfora: tan, tan, tan.
La comparación: “ parece que es la palabra la que taladra...”
Las personificaciones: “ se
enfada y gruñe...”
Y nuevamente la adjetivación: “Oh laberinto quieto y mágico, parque umbrío
y fragante, magnético salón encantado “.
Y “del
pozo sale asustada, revuelta y silenciosa ... ”
Y tanto más que y sólo por no cansar,
nuestros respectivos alumnos rescatan y que sorprenden al lector por la
sencillez del hallazgo, por la adecuada orquestación de las palabras.
En cuanto al juicio crítico- ese paso del análisis sobre el que tanto debe
insistirse para desarrollar esta capacidad
básica del ser humano-
los chicos pueden llegar a altas
valoraciones. Desde la originalidad de esta descripción hasta el vuelo poético,
desde la acertadísima adjetivación al ordenamiento estructural.
Dejemos a nuestros alumnos opinar ya que sus
palabras son siempre reveladoras.
Y sobre la transferencia, también es
este un momento de sorpresas.
Por ejemplo de Darío González recibimos esta propuesta:
“De ahora en más, frente a cualquier objeto digno de ser descripto pensaré
en las posibles dimensiones que en él se dan. Tal vez descubra una nueva, más
allá de la altitud, la profundidad, la extensión...”
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Muy satisfechos con lo visto en la descripción poética de un simple “pozo”
buscamos otras composiciones de este tipo.
Y empezamos a marcar variantes.
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