Fragmento de “El laberinto de la soledad”
de Octavio Paz
“A todos, en algún momento, se nos ha revelado nuestra
existencia como algo particular, intransferible y precioso. Casi siempre esta
revelación se sitúa en la adolescencia. El descubrimiento de nosotros mismos se
nos manifiesta como un sabernos solos; entre el mundo y nosotros se levanta una
impalpable, transparente muralla: la de nuestra conciencia.
(...) El adolescente se asombra de ser. Y al pasmo sucede
la reflexión: inclinado sobre el río de su conciencia se pregunta si ese rostro que aflora lentamente del fondo, deformado por el agua,
es el suyo. La singularidad de ser – pura sensación en el niño- se transforma
en pregunta y problema, en conciencia interrogante. /
A los pueblos en trance de crecimiento les ocurre algo
parecido. Su ser se manifiesta como interrogación: ¿qué somos y cómo
realizaremos eso que somos?....Frente a circunstancias diversas las respuesta
pueden variar y con ellas el carácter nacional, que se pretendía
inmutable....Despertar a la historia
significa adquirir conciencia de nuestra singularidad, momento de reposo
reflexivo antes de entregarnos al hacer...”/
Una de las
obras consagratorias de Octavio Paz y,
posiblemente la más leída, es la que traemos aquí, en un párrafo inicial.
Ahora nosotros nos entregaremos al hacer,
que es develar los secretos de su contenido después de hacer predicciones,
inferir, trabajar el contexto socio cultural del autor, investigar sobre sus
obras.
Karina Trevi, alumna de quinto año
ha presentado entre tantos diferentes su representación.
(La elegimos por su claridad siempre remarcando lo que venimos
repitiendo: Cada lector tiene su manera
de crear, sus trazos son personales y únicos, el texto está esperando que
llegue hasta su profundo sentido y ésta es una manera lúdica de llegar).
Después de la lectura silenciosa,
Karina ha demarcado en el texto
con este signo ( / ) cada microestructura- apartado o secuencia-
textual.
Después representó visualmente
cada contenido de la siguiente manera, poniendo especial atención
en los conectores que van hilando el discurso argumentativo y organizando
jerárquicamente las ideas:
Karina explicó su
trabajo lo que significa que al mismo tiempo va
desarrollando el contenido
textual:
- Marcha el hombre ( triángulo ) a través de sus edades como por el río de la vida. De pronto, en la adolescencia se da cuenta de sí, se descubre, una luz le ilumina el ser, queda solo, separado, y acosado por interrogantes.
- Marchan los pueblos ( sol ) por el río de su historia y de pronto se alumbra la pregunta sobre la esencia de su ser, sobre la dirección de sus pasos.
La conciencia de ser
los ilumina.
Mediante la
visualización y creando signos, (la computadora nos ofrece los que hemos usado arriba) podemos llegar a
las entrañas de un pensamiento en que se entremezclan la historia, la
sociología, la filosofía con la
poesía, que facilita sus alegorías y
analogías para mejorar la argumentación.
Porque Octavio Paz “trasciende los límites
tradicionales de esas disciplinas mediante imágenes felices, riqueza de
lenguaje, agilidad estilística “- según se aprecia en sus obras y resumen sus
críticos- y su obra ofrece un paréntesis
feliz y obligado a la meditación de los
grandes temas.
Algo así como el
necesario detenernos para ver nuestra humana imagen en el río....
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