Se considera texto desde la lista de compras, la
conversación, una noticia, un folleto, un discurso escolar o presidencial, un
mensaje televisivo, hasta los que nos
informan transmitiéndonos noticias o diversos conocimientos, y los de carácter literario.
Al hablar de textos aquí,
señalamos la necesidad de su “coherencia”, haciendo referencia con ello
a las relaciones que se van produciendo entre sus partes internas. De esas
relaciones surge un sentido global, el
sentido general, una representación abstracta - según Marta Marín- a la que la lingüística
llama macroestructura.
La relación entre las microestructuras textuales se construye por la
cohesión, recursos gramaticales y el léxico.
Lo que podemos representar para que el lector vea con claridad:
Realidad exterior al texto
Contenidos parciales: apartados o
secuencias.
Lo que “vemos” es que cada parte del texto- apartado, secuencia o
proposición se relaciona con parte del
contenido de la otra proposición, al mismo tiempo con el contenido global el que, a su vez,
está relacionado con una realidad exterior al texto, que el lector conoce por
sus saberes acerca del mundo”- como explica Marta Marín en su obra “Lingüística y enseñanza de la lengua”.
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