No
sé por qué encono, Patria,
tomamos
la piedra
haciendo astillas
tu corazón de niña.
No
sé por qué lejana historia
batimos
el bombo para alentar la protesta
proclamando los derechos sin entender la obligación.
No
sé por qué culpamos a los otros,
lejanos
puertos, la tierra rubia,
sin
mirarnos en el propio destierro,
sin
declararte el patio común,
la
tierra que se amasa amaneciendo.
Intentamos,
escribirte, Patria,
con
el argumento de los siglos que te atraviesan,
pero
nos falla la caligrafía, o las fuerzas o la decisión.
Atisbamos
enemigos distantes,
rogamos
por los padres protectores,
edificamos
altares
y
no miramos el centro que nos tiene,
tu
corazón de patria
que
puede,
ascender
hasta un corazón maduro.
Hemos
intentado escribirte
con
el fusil,
con
la trompeta,
con
las cacerolas y las carpas.
Algunos
quisieron diseñarte en el arado,
fijándote
a la tierra
y casi te lograron
pero
aún no te tenemos y seguimos
intentándote y no hay manera.
Se
nos escapa la hoja en que escribimos
y
no encontramos el corazón
que habita el centro de la tierra
en
que acunas a nuestros muertos.
Queremos
escribirte, Patria, pero nos falla
la visión y hasta el ejemplo
de
una patria
que
puede llegar
al
más de sí misma.
GLADYS SEPPI FERNÁNDEZ
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