El narrador, emisor, que convinimos representar con una simple N, puede adoptar, como ya sabemos diferentes posiciones frente al discurso.
- Así, cuando lo encontramos como narrador omnisciente las representaciones lo han colocado, naturalmente, sobre el cuadro. Él sabe todo lo que pasa aún en el interior de los personajes:
“Esa cordobesada bochinchera y ladina
(meditaba Quiroga), ¿ qué ha de poder con mi alma?
Aquí estoy afianzado y metido en la vida
Como la estaca pampa bien metida en la pampa”
De “El general Quiroga
va en coche al muere” - Borges
- En otras posiciones el narrador va develando la realidad como equisciente, fuera del cuadro, pero en una posición intermedia:
“En su grave rincón los
jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores”
De “Ajedrez”-
Borges
- Cuando es un testigo, se incorpora al escenario, pero a un costado:
“Hay un agrado en observar la arcana
arena que resbala y que declina
y, a punto de caer, se arremolina
con una prisa que es del todo humana”
De “El reloj de arena”-
Borges
- Cuando es protagonista, ocupa, por cierto, el centro de la escena:
“Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar...”
De “El otro, el mismo”-
Borges
Y hay más,
mucho más sobre:
· Narrador protagonista acompañado
· Los movimientos del narrador dentro de un
escenario
· Cambios de lugar y perspectiva
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