La cultura que nos atrasa

      
              En un reciente programa televisivo el escritor y comentarista Andrés Oppenheimer, hizo conocer una medida del gobierno estadounidense que amplía al doble el número de cupos para alumnos que deseen perfeccionar sus estudios en las universidades de ese país. Entusiasmado, el mencionado argentino, remarcó la importancia de esta medida tendiente a impulsar el intercambio de saberes, talentos, ideas, visiones, adelantos científicos entre los cerebros del mundo  y alentó a los estudiantes latinoamericanos y especialmente argentinos a continuar sus estudios en los centros más adelantados y jerarquizados, entre los que se cuentan los norteamericanos.
Asistir a estas universidades -, destacó- no solamente significa estimular,  vigorizar el ánimo estudiantil, ampliar la mirada y enrolarse en los últimos conocimientos, sino abrir la mente a las grandes posibilidades humanas con las que  se podrán introducir mejoras en la calidad de vida de los pueblos de origen,  contribuyendo así a su engrandecimiento. Por eso es competencia fundamental de los Estados facilitar mediante becas y todo tipo de ayudas a quienes se distinguen en sus lugares de estudio por su capacidad, vocación, empeño y espíritu de superación.