Maltrato escolar


Urge que los especialistas se enfoquen en las soluciones, que la autoridad familiar y ministerial enfrente este flagelo tomando medidas severas contra un emergente de desequilibrios sociales más profundos.
opinion
Voces. Escribe Gladys Seppi Fernández*



El bullying, es una palabra inglesa que significa maltrato de uno o varios niños o adolescentes a otro más vulnerable que se convierte en víctima de una gran carga de agresividad. Discriminar, humillar, agredir mediante gestos, palabras y acciones, por lo general violentas, son la expresión de un mal profundo.

El bullying, una mala planta que se deja crecer

GLADYS SEPPI FERNÁNDEZ (*)
Como a cualquier mala hierba que se deja crecer, el bullying hostiga hoy más que nunca la vida social y, sobre todo, la escolar.
Hablamos del maltrato de uno o varios niños o adolescentes a otro más vulnerable que, por sus características, se convierte en un chivo expiatorio sobre el que un ser impulsivo y descontrolado arroja un volcán de agresividad.

¿Entretenimiento y vacío del porvenir?


Como para golpear el adormilamiento general de nuestra cultura, ha llegado a los anaqueles de las librerías el último libro de Vargas Llosa "La civilización como espectáculo" y, como sucede con cualquier reflexión acertada, quienes tenemos la oportunidad de leerlo y meditar sobre su mensaje, sentimos el aguijón de la acusación que nos involucra, ya sea como espectadores, propiciadores o ejecutores de cualquier evento o espectáculo.

El sentido de la fragilidad

La fragilidad es resultado de la fugacidad. Para Bauman, la volatilidad que predomina hoy sustenta frases como: “El amor es un préstamo 

Nadie rebaje a lágrima o reproche/ esta declaración de la maestría/ de Dios que con magnífica ironía/ me dio a la vez los libros y la noche.
Jorge Luis Borges.

Docentes y padres, ante el desafío de dictar educación sexual


"El que está avisado, está armado"

(De Don Quijote a Sancho Panza)
Cuando los padres se informen sobre los alcances altamente humanizan tes del término "sexualidad" y ellos mismos despierten al asombro y admiración que este aspecto humano –hasta hoy inexplorado– provoca podrán transformarse en educadores sexuales de sus hijos y llamar a las cosas por su nombre, sin evasivas ni eufemismos maliciosos. Con respeto.